LA ANSIEDAD EN NIÑOS
La ansiedad en niños y adultos es necesaria. Tenemos que entenderla como sinónimo de activación. Gracias a ella podemos abrir los ojos, levantarnos y realizar todas las tareas cotidianas. El problema es cuando, por las razones que sean, nos activamos en exceso. Esto es lo que llamamos ansiedad patológica.
En la infancia es frecuente que se sufra este tipo de ansiedad pero no suele necesitarse intervención por parte de psicoterapeutas, aunque en ocasiones la ansiedad puede ser tan grave que puede hacer sufrir al niño e incluso incapacitarle para la realización de determinadas tareas.
El origen de esta ansiedad puede ser muy diverso. Puede aparecer en determinadas situaciones o puede ser generalizada. Es conveniente hacer una buena evaluación para descubrir su origen y las situaciones o sucesos que la pueden originar. También es conveniente analizar las consecuencias que está provocando esta ansiedad.
Consejos para los padres:
Además de la intervención profesional, los padres pueden ayudar a su hijo de la siguiente manera:
- Infórmense con bibliografía sobre la ansiedad en niños.
- Sean conscientes de cómo manejar las situaciones de ansiedad de su hijo y las suyas propias.
- La ansiedad no es un mal comportamiento a propósito. Sean pacientes y escuchen a su hijo. Busquen el momento de diálogo más apropiado. Es inútil dar grandes charlas cuando ustedes o su hijo están con un estado alterado.
- En sus conversaciones no sean muy críticos, despectivos o irónicos. Esto empeorará el problema.
- Los objetivos que se marquen tienen que ser realistas. Grandes objetivos en cortos periodos de tiempo llevarán inevitablemente a grandes frustraciones.
- Los errores son parte normal del desarrollo del niño. Estos deben ser esperados y aceptados de forma natural, sin broncas ni grandes castigos. No sean perfeccionistas ni pretendan que su hijo lo sea. Hay una gran diferencia entre “Debería hacerlo así” y “Sería aconsejable hacerlo así”. El primer caso es una imposición dictatorial y el segundo refleja una probabilidad mucho más relajada.
- Las rutinas son buenas, pero sean flexibles.
- Refuercen de muchas maneras los logros y esfuerzos de su hijo. Esto le animará a seguir de forma adecuada.
- Enseñen a su hijo estrategias para afrontar la ansiedad:
- Organización de materiales
- Autoinstrucciones cuando viene la ansiedad
- Relajación
- Hablen regularmente con su hijo pero eviten ser críticos y no den muchos consejos.
José Antonio ARRANZ
Licenciado en Psicología Clínica