Jose Antonio Arranz

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La depresión: el mal de nuestro tiempo

19/09/2017 Deja un comentario

depreLa depresión afecta a millones de personas en el mundo entero. Es un trastorno del estado de ánimo que presenta alteraciones del humor y un estado emocional negativo de carácter prolongado y persistente. Presenta una serie de características en las diferentes áreas de la persona. En su estado de ánimo manifiesta sentimientos de tristeza, preocupación, vacío y melancolía. En su pensamiento tiene dificultades de concentración, pérdida de interés, pensamientos negativos, culpa, indecisión e ideas suicidas. En su conducta presenta retraso o agitación psicomotriz, tendencia al aislamiento y al llanto. Finalmente, en el área somática la persona puede padecer insomnio o hipersomnia, fatiga, aumento o disminución del apetito, pérdida o incremento de peso, malestares gástricos y/o falta de deseo sexual.

Es curioso que ante un mismo acontecimiento estresante, unas personas se deprimen y otras no. La causa está en que los sujetos que padecen o pueden padecer una depresión tienen una visión negativa de sí mismos o del entorno y de su futuro. Interpretan sus experiencias como pérdidas acompañadas de fracasos y frustraciones, viendo su futuro de la misma manera. Se sienten desesperados y responden con pasividad a las nuevas situaciones.
Esta forma de ver las cosas está basada en unos esquemas distorsionados de la realidad que se activan ante situaciones estresantes. Los errores con los que juzgan la realidad pueden ser múltiples. Algunos de ellos son los siguientes:
• Todo o nada: Ver las cosas en términos absolutos, blanco o negro, nunca grises. «Si fracaso en algún hecho importante, como no debo, soy un fracaso total».
• Adivinar el futuro: Presagios y predicciones negativas respecto a uno mismo. «Se están riendo de mí porque he fracasado. Me despreciarán para siempre».
• Fijar la atención en lo negativo: Es un filtro mental en el que sólo se ve lo negativo de uno mismo. «No puedo soportar que las cosas me vayan mal y no deben irme mal. Ya no veo nada bueno en mi vida».
• Descalificar lo positivo: El reverso del anterior: lo positivo no cuenta. «Cuando me felicitan por las cosas buenas que he hecho, lo único que hacen es ser amables conmigo y olvidar las estupideces que no debiera haber hecho».
• Minimización y amplificación: Se minimizan los aciertos y se maximizan los errores. «Mis aciertos son pura casualidad y no son importantes. Mis errores, que nunca debiera haber cometido, son un total desastre».
• Razonamiento emocional: Razonar a partir de los sentimientos.»Como mi comportamiento ha sido tan pobre y no debiera haberlo hecho, me siento un total incompetente y mi sentimiento prueba que lo soy».
• Etiquetar y generalizar: Identificación negativa con un acto equivocado. «Como no debo fallar en un trabajo importante y lo he hecho, soy un perdedor y un completo fracaso».

Estos esquemas distorsionados se corresponden a «debo», «tengo que», «no debo», «no debiera», etc., obligaciones absolutas que dan lugar a los «tremendismos», a los «no puedo soportar» y a la «condena» de uno mismo, ocasionando los sentimientos extremos de ansiedad, ira y depresión.

Las consecuencias que puede tener un estado depresivo son muy diversas y afectan a todos los aspectos de la vida:
• En el área personal se tiende a una despreocupación por el cuidado e higiene de la persona, abandonando actividades que le resultaban gratificantes.
• En el área laboral la persona tiende a desmotivarse y no preocuparse por su trabajo, lo que puede conducirle a problemas laborales e incluso al despido.
• En el área social la apatía tiende a hacerle abandonar las relaciones sociales, perdiendo amistades.

Una persona que no trate su depresión puede llegar a sufrir un gran malestar durante un largo período de tiempo (+ 2 años) y un aumento de las recaídas posteriores. Con un tratamiento adecuado, el episodio depresivo se reduce considerablemente a + 6 meses y el sujeto puede llegar a protegerse de recaídas posteriores. Este tratamiento debe estar compuesto conjuntamente por una terapia farmacológica y por una terapia psicológica. Esta última se realiza diseñando una serie de actividades que debe realizar el sujeto de forma gradual, empezando por tareas sencillas y de menor esfuerzo. Se le reforzarán estas pequeñas acciones y se le entrenará en resolución de problemas y aprendizaje de habilidades de afrontamiento. Esto hace que el sujeto recupere la confianza en sí mismo y lleve a cabo tareas gratificantes que hace tiempo había abandonado. Por último, se le enseña a remplazar los pensamientos distorsionados que generan gran malestar por otros pensamientos más positivos y adaptativos.

José Antonio Arranz Morales
Psicólogo Clínico

Archivada en: Psicología, Salud

Establecer límites: Aprende a decir no

10/10/2015 2 comentarios

Psicólogo Bruselas Foto Establecer límites

Las habilidades sociales nos ayudan a desarrollarnos como personas. Gracias a ellas podemos defender nuestros derechos de forma adecuada. En ocasiones nos encontramos con una limitación a la hora de defender algún derecho básico, por ejemplo, decir no a alguna petición que no nos apetece. Son muchas las estrategias que utilizan nuestros iguales para tratar de convencernos, y en ocasiones somos manipulados y accedemos a sus peticiones. Esto nos puede llegar a frustrar.A continuación, describo varios puntos relacionados con este asunto:

  1. Establecer límites es algo muy importante entre la persona y el mundo que nos rodea. Saber diferenciar estas fronteras que te separan de los demás, y saber decir no de forma clara y natural ante cualquier situación, es necesario para reconocer nuestra identidad y conocerse como individuo.
  1. ¡Deshazte de los miedos! Muchas personas temen que al decir no se provocan determinas consecuencias negativas para la convivencia, por ejemplo:
    Discusiones: si no digo que sí, se va a enfadar conmigo.
    Aislamiento: si no digo que sí, no me querrá.
    Falta de confianza en uno mismo: tengo que decir que sí.
    Humillaciones: si no digo que sí se reirán de mí.
    Soledad: si no digo que sí me quedaré solo.
    Solo son miedos irracionales que limitan el desarrollo social de la persona.
  1. Establecer límites es una muestra de personalidad. Dota de confianza a la persona, nos diferencia del resto y es positivo, ayudándonos a hacernos valer. Establecer límites evita relaciones y circunstancias insanas, como el abuso psicológico, el maltrato físico y la manipulación.
  1. Toma de decisiones y resolución de conflictos. Una persona que sabe establecer sus propios límites, atendiendo a sus deseos y prioridades, también puede verse envuelta en una situación complicada, donde su bienestar se vea perjudicado, pero solucionará sus conflictos y tomará decisiones de manera más acertada para ella misma.
  1. Deja de culpabilizarte. Debemos asimilar que decir no y establecer límites no es un acto negativo. Por ello no debemos sentirnos egoístas. Hay que dejar atrás el pensamiento: “¿y si no lo hago…?”.
  1. Atrévete a plantar cara. Hay que tener valentía para decir no y defender tu opinión ante otra persona. Confía en ti mismo.
  1. Establecer límites requiere comunicación. Debemos decir no de forma correcta sin ser pasivos ni agresivos, y sin mostrar miedo, expresando nuestros gustos, ideas y deseos siempre de forma correcta.
  1. Reflexiona antes de tomar una decisión que pueda afectar a tus límites. Es mejor negarse a hacer algo que dar precipitadamente un sí a la ligera. De esta forma ganamos tiempo para reflexionar sobre algo de lo que no estamos seguros.
  1. ¿Cuándo no estás respetando tus límites? Cuando una persona pierde el contacto con lo que quiere, con lo que le gusta, con lo que sustenta sus decisiones, está rompiendo sus límites y su identidad, ya que esos deseos son dominados por la voluntad de otra persona.
  1. Decir no es un derecho de la persona. Poseer poder de decisión, valorarse a uno mismo y velar por nuestros propios intereses, reconociendo la individualidad y rechazando aquello que no queremos, es un derecho humano universal.

José Antonio Arranz

Archivada en: Psicología

La ansiedad en niños

26/09/2015 1 comentario

hiperactividad

LA ANSIEDAD EN NIÑOS

La ansiedad en niños y adultos es necesaria. Tenemos que entenderla como sinónimo de activación. Gracias a ella podemos abrir los ojos, levantarnos y realizar todas las tareas cotidianas. El problema es cuando, por las razones que sean, nos activamos en exceso. Esto es lo que llamamos ansiedad patológica.

En la infancia es frecuente que se sufra este tipo de ansiedad pero no suele necesitarse intervención por parte de psicoterapeutas, aunque en ocasiones la ansiedad puede ser tan grave que puede hacer sufrir al niño e incluso incapacitarle para la realización de determinadas tareas.

El origen de esta ansiedad puede ser muy diverso. Puede aparecer en determinadas situaciones o puede ser generalizada. Es conveniente hacer una buena evaluación para descubrir su origen y las situaciones o sucesos que la pueden originar. También es conveniente analizar las consecuencias que está provocando esta ansiedad.

Consejos para los padres:

Además de la intervención profesional, los padres pueden ayudar a su hijo de la siguiente manera:

  1. Infórmense con bibliografía sobre la ansiedad en niños.
  2. Sean conscientes de cómo manejar las situaciones de ansiedad de su hijo y las suyas propias.
  3. La ansiedad no es un mal comportamiento a propósito. Sean pacientes y escuchen a su hijo. Busquen el momento de diálogo más apropiado. Es inútil dar grandes charlas cuando ustedes o su hijo están con un estado alterado.
  4. En sus conversaciones no sean muy críticos, despectivos o irónicos. Esto empeorará el problema.
  5. Los objetivos que se marquen tienen que ser realistas. Grandes objetivos en cortos periodos de tiempo llevarán inevitablemente a grandes frustraciones.
  6. Los errores son parte normal del desarrollo del niño. Estos deben ser esperados y aceptados de forma natural, sin broncas ni grandes castigos. No sean perfeccionistas ni pretendan que su hijo lo sea. Hay una gran diferencia entre “Debería hacerlo así” y “Sería aconsejable hacerlo así”. El primer caso es una imposición dictatorial y el segundo refleja una probabilidad mucho más relajada.
  7. Las rutinas son buenas, pero sean flexibles.
  8. Refuercen de muchas maneras los logros y esfuerzos de su hijo. Esto le animará a seguir de forma adecuada.
  9. Enseñen a su hijo estrategias para afrontar la ansiedad:
    1. Organización de materiales
    2. Autoinstrucciones cuando viene la ansiedad
    3. Relajación
  10. Hablen regularmente con su hijo pero eviten ser críticos y no den muchos consejos.

José Antonio ARRANZ
Licenciado en Psicología Clínica

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Archivada en: Psicología

Quién es José Antonio Arranz

portadaOK-2Soy licenciado en Psicología (Especialidad “Psicología Clínica”) y Experto en Psicopatología y Salud por la Universidad española (UNED). [ver más información]

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