Jose Antonio Arranz

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¿Como sobrevivir a la reuniones familiares en navidad?

12/12/2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de navidades familiaresSe acercan unas fechas señaladas en las que la mayoría de las familias se reúnen para celebrar la Navidad. En muchos casos son días de reencuentros, felicidad y amor pero,… en muchos otros, es el momento de volver a juntarse con esa persona que no soportas o con la que te llevas mal.

Sí no te apetece juntarte con ciertas personas durante estos días no lo hagas. No obstante, y aunque no te apetezca asistir a algunas reuniones, puede ser que sientas presión por tener que estar presente en algunas comidas o cenas navideñas y en las que ir es la mejor alternativa que puedes tomar. Quizás por varias razones:

  • Por evitar conflictos con tú pareja o familiares.
  • Por querer hacer feliz a una o varias personas que estarán ese día y que sabes que les hace mucha ilusión que vayas.
  • Porque hay algunas personas en esa comida a las que sí te apetece ver.

¿Qué podemos hacer para sobrevivir a estas reuniones familiares?

  • Antes de ir intenta ajustar tus expectativas a la realidad. Si ya conoces a cada miembro de la familia y cómo suelen transcurrir estas reuniones, no idealices el encuentro imaginando que va a ser de otra manera. Esto ayudará a que no te frustres y puedas aceptar mejor la situación. A su vez, te ayudará a visualizar previamente cómo gestionar ciertos momentos tensos que se puedan generar, lo cual te dará confianza en ti mismo y te permitirá afrontar con más fuerzas el encuentro.
  • Afrontar el encuentro con buena actitud, te ayudará a ver las cosas de otra manera. Quizás, contagies tu positividad y contribuya a que todos estéis más relajados o sino, sencillamente, a que transcurra la reunión de una forma más amena para todos o al menos para ti.
  • Evita sacar temas que puedan resultar polémicos, ya sean temas de política, situaciones conflictivas del pasado o temas que ya sabes de antemano que van a generar un desencuentro. Quizás en estas reuniones la mejor opción sea hablar de cosas triviales, anécdotas y comentarios neutros que permitirán que se pueda desarrollar la velada de la manera más práctica. Evitar enfrentamientos te va a permitir sentirte más cómodo.
  • Si las conversaciones que se generan te aburren o te resultan desagradables, siempre puedes optar por estar presente sin estar escuchando lo que se dice. ¿Cómo se hace esto? Puedes aprovechar para centrarte en saborear la comida y centrarte en todos sus matices y texturas. Si realizas esta práctica de “comer de manera consciente” te aislarás por unos momentos del mundo, come poco a poco, saboréalo al máximo y siéntete a gusto con las sensaciones que se despiertan en tu paladar y por poder tener la oportunidad de tener un plato qué comer, piensa muchas personas estos días no tienen esta posibilidad, así que en ese sentido eres una persona afortunada.
  • No te fuerces a intentar agradar a todos, simplemente se trata de aplicar las estrategias anteriores para lograr sentirte lo más relajado posible antes y durante la reunión y una vez se acabe la comida puedes decidir irte, si te apetece te quedas un rato más y si sientes que ya has tenido suficiente puedes decir que has quedado o tienes otros compromisos y que te tienes que ir.

Jose Antonio Arranz

Psicólogo Clínico

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¿Cómo explicar a los hijos una ruptura de pareja?

28/11/2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de ruptura hijosEn pocos años, la separación y el divorcio se han convertido en un fenómeno de gran importancia social en nuestro país. Cada año, el número de divorcios aumenta y todo indica que esta tendencia incrementará con el paso de los años.

En las últimas décadas del siglo XX el modelo de familia tradicional, donde hay dos progenitores, uno de cada sexo, viviendo como una unidad familiar independiente; donde las tareas familiares se dividen entre ambos, el padre se ocupa de trabajar fuera de casa y es responsable de la economía familiar, y la madre es la encargada de la casa y los hijos va quedando obsoleto. La sociedad se encuentra en un cambio constante y dio paso a una nueva generación donde la familia nuclear se diversifica en cuanto a su estructura y composición, así como en cuanto a los lazos existentes entre sus miembros. Como parte de esta diversidad pueden citarse las familias monoparentales, parejas de hecho, divorcios y separaciones, las familias formadas después de la ruptura de una unión familiar previa, las parejas homosexuales, etc.

Durante años, la separación y el divorcio han sido considerados como la última opción posible para una pareja rota. Se consideraba que la ruptura es la que conllevaba consecuencias traumáticas en los hijos y no se tenía en cuenta lo perjudicial que resultaba para ellos crecer viendo como sus padres discutían.

Las consecuencias de la separación y el divorcio dependen de manera muy significativa de cual sea el contexto en el que la ruptura se produce. No es lo mismo el mutuo acuerdo tras un progresivo enfriamiento de relaciones, que la confrontación continua.

Pero, ¿Qué pasos se deberían seguir para comunicar la ruptura a los hijos?

  • Es importante que a los hijos se les presente la ruptura como una decisión conjunta.
  • El niño tiene que ser informado. No dramatizar ni mostrar comportamiento victimistas.
  • Al niño no se le informa de los conflictos de fondo que la pareja tenga o que motiven su separación.
  • Hay que explicarles que han decidido vivir separados y que él no tiene nada que ver en esta decisión.
  • Es conveniente decir que les ha llevado mucho tiempo decidirse y que están seguros que es lo mejor para todos; por tanto, no es modificable.
  • Informar al niño de quién se irá de casa y con quién va a vivir.
  • Tan importante es lo que se dice como lo que no se dice.
  • Es importante dejar claro que no hay un bueno o un malo, que no hay víctimas ni culpables.
  • Es mejor que el adulto no fomente fantasías mintiendo sobre la realidad de la separación y creando una situación ficticia de pareja.
  • Aclarar al niño que se extingue el vínculo de la pareja, pero no el vínculo padre-hijo.

Si no se sabe cómo abordar este tema sería recomendable el solicitar la ayuda de un especialista que puede evaluar el caso en concreto y dar unas pautas más personalizadas a los padres  en función de la situación concreta de la familia y la edad de los niños sobre qué pasos a seguir al comunicar esta noticia.

Jose Antonio Arranz Alonso

Psicólogo Clínico

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¿ Por qué nos cuesta tomar decisiones?

14/11/2017 Deja un comentario

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A diario tomamos pequeñas y grandes decisiones, unas más importantes o con mayores consecuencias que otras. Las decisiones forman parte de nuestra vida y la forma en que las tomemos van condicionando nuestra vida. Pero a veces la indecisión puede convertirse en un problema si por cualquier cosa que debamos valorar y determinar supone un obstáculo para nosotros.

¿Qué es lo que contribuye a que nos cueste tomar decisiones o no tomemos decisiones adecuadamente? Las razones más comunes son:

  • Miedo a tomar una mala decisión. ¿Es posible tomar siempre soluciones acertadas? ¿Qué puede pasar si tomo una decisión que no es la más adecuada? Siempre puedo regresar y volver a tomar una decisión en base a mis nuevos aprendizajes y experiencias. En cambio, ¿qué puede pasar si el miedo me gobierna y no decido por mí mismo las cosas? Me voy estancando y no aprendo de mis experiencias. “No tomar una decisión es tomar la decisión equivocada”.
  • Inseguridad. Muchas personas creen que las decisiones deben ser tomadas con completa seguridad. Creen que antes de tomar una decisión se deben saber todas las posibles consecuencias y opiniones y esta creencia evita que tomen una decisión. Es cierto que debemos tomar decisiones basándonos en las mejores o mayores probabilidades, pero no podemos esperar a tener la certeza de que va a salir bien, y estar completamente seguros de nuestra decisión.
  • Baja tolerancia a la frustración. Queremos estar seguros de la decisión que tomamos, y una de las razones es porque no llevamos bien afrontar el posible fracaso. ¿Qué es lo peor que puede pasar si no acierto? ¿Acaso no me permito equivocarme? ¿Todas las decisiones que tomo han de ser correctas?
  • Falta de costumbre. La mejor forma de ser “bueno” al tomar decisiones es tomándolas. Puedes empezar a tomar decisiones pequeñas pero con más frecuencia (decidir rápidamente qué ropa ponerte, a qué restaurante ir a comer, qué ruta tomar…). Poco a poco me iré sintiendo más cómodo y más seguro tomando decisiones más importantes (¿renuncio al trabajo?, ¿me mudo de casa?, ¿termino esta relación?…).
  • Estrés. Cuando estamos bajo condiciones de estrés y debemos tomar una decisión, no sabemos qué hacer o cómo empezar y este sentimiento crece conforme pasa el tiempo. Por ello, es importante que dispongas de un sistema de toma de decisiones que te facilite el proceso y que te permita aprender más de cada decisión que tomes.
  • Perspectiva dicotómica. Cuando nos planteamos la decisión en términos dicotómicos de sí-no, todo-nada, siempre-nunca… estamos limitando las posibilidades. Así pues, también solemos pensar que si decidimos algo, entonces ya no podemos tener acceso a ninguna otra cosa o situación que sea contraria. ¿Dejo el trabajo o continúo igual? ¿empiezo el proyecto o lo cancelo?
  • Necesidad de reafirmación. Tomamos decisiones y buscamos personas que estén de acuerdo con la decisión que hemos tomado para sentirnos mejor con nosotros mismos. Tendemos a buscar razones para confirmar que la decisión que hemos tomado es la correcta. La reafirmación limita nuestra capacidad para recibir retroalimentación, ya que solo escucharemos a personas que están de acuerdo con nosotros.
  • Consecuencias a corto plazo. En ocasiones nos sentimos impulsados por la emoción que a corto plazo sentiríamos al tomar una decisión, como alivio, satisfacción, seguridad… Estas emociones suelen empujarnos a tomar decisiones que no son sostenibles o que no son adecuadas para nuestra vida a medio o largo plazo.
  • Confianza excesiva. Debemos tener una visión positiva pero abierta al posible fracaso. Así pues, es muy importante que tras haber tomado la decisión y haberla puesto en marcha, evaluemos si ha sido una decisión correcta o podríamos haber tomado otra, y esto me ayudará a mejorar en futuras ocasiones.

La dificultad para optar entre dos o más alternativas que generalmente tienen relevancia para nosotros hace que permanentemente cuestionemos la fundamentación de nuestras decisiones. La indecisión puede superarse entrenando nuestra capacidad para tomar decisiones mediante un proceso de solución de problemas.

Jose Antonio Arranz Alonso

Psicólogo Clínico

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La indefensión aprendida

30/10/2017 Deja un comentario

Resultado de imagen de indefensiónSe trata de una condición psicológica en la que aprendemos a creer que estamos indefensos, que no tenemos ningún control sobre la situación en la que nos encontramos y que cualquier cosa que hagamos es inútil; incluso si realmente se nos da la oportunidad para cambiar algo, no lo hacemos, impedidos por el pensamiento negativo que tenemos.

La teoría de la Indefensión Aprendida, descrita por el psicólogo Martin Seligman, explica cómo obteniendo resultados negativos al intentar solucionar alguna situación, caemos en una percepción de incapacidad, y aprendemos a comportarnos de forma pasiva. A raíz de sus experimentos con animales, descubrió que tras someter a un animal a descargas eléctricas sin posibilidad de escapar de ellas, dicho animal no emitía ya ninguna respuesta para huir aunque, por ejemplo, la jaula hubiese quedado abierta. El animal había aprendido a sentirse indefenso y a no luchar contra ello.

¿Cómo se origina la indefensión aprendida?

La mayoría de las veces que nos decimos a nosotros mismos que no podemos hacer algo, suele ser porque otra persona (a veces inconscientemente), nos ha inducido este estado, emitiendo mensajes del tipo “no vales para nada”, “tú no sirves para eso”, “no lo vas a poder conseguir”…

Por ejemplo, cuando un profesor le dice a un estudiante que  no vale para estudiar, o que no va a aprobar el curso, o percibe que sus padres no confían en sus posibilidades, empieza también a creerse que no es capaz de sacárselo y por tanto empieza un comportamiento más pasivo, en el que cada día estudia menos, y por tanto sus resultados son peores.

Otro claro ejemplo son las mujeres maltratadas. Cuando vemos estas situaciones desde fuera, pensamos que hubiéramos buscado ayuda o hubiéramos puesto solución antes. Los hombres que maltratan a sus mujeres, les inducen esta indefensión diciéndoles cosas como “dónde vas a ir si no estás conmigo”, “no vas a poder valerte por ti misma”… con lo que las mujeres psicológicamente no pueden hacer nada ya que han aprendido a sentirse incapaces de salir de esta situación.

Cuando una persona se le castiga de manera continua sin importar lo que haga, desarrolla indefensión aprendida, por lo que deja de responder e intentar. De esta forma, la teoría de la Indefensión Aprendida se relaciona con la depresión clínica, ya que nos afecta tanto cognitiva como afectivamente.

En otras ocasiones, nuestra historia de numerosos fracasos es la que nos hace vernos lejos del éxito. Adquirimos indefensión aprendida al ser ineficaces o menos sensibles para determinar las consecuencias de nuestro comportamiento.

Al intentar llevar a cabo algo que siempre deseamos hacer, pero, debido al fracaso, acabamos por perder la ilusión y abandonamos cediendo ante nuestro objetivo. No olvidemos que siempre podemos aprender, que siempre podemos mejorar. Si aprendemos de nuestros errores, si insistimos, si tratamos de mejorar nuestra autoestima pensando en que sí podemos hacerlo, seremos capaces de hacer muchas más cosas de las que nos creemos.

Jose Antonio Arranz Alonso

Psicólogo Clínico

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¿ Qué causa un trastorno alimenticio?

17/10/2017 Deja un comentario

trastorno alimenticioLos trastornos alimenticios emergen de la combinación de conductas presentes instauradas durante un largo periodo de tiempo, de factores biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales.

Aunque los trastornos alimenticios pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son mucho más que solamente comida. Las personas con trastornos alimenticios pueden utilizar la comida y el control sobre la comida como un intento para compensar los sentimientos y emociones que de otra manera son vistos como insoportables. Para algunos, la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y para sentirse en control de su vida personal, pero al final estos comportamientos dañan la salud física y emocional, la autoestima y la sensación de competitividad y control de la persona.

Factores psicológicos que pueden contribuir en los trastornos alimenticios:

  • Baja autoestima.
  • Sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida.
  • Depresión, ansiedad, enojo y soledad.

Factores interpersonales que pueden contribuir en los trastornos alimenticios:

  • Relaciones personales y familiares problemáticas.
  • Dificultad para expresar sentimientos y emociones.
  • Haber sido ridiculizado por la talla o el peso.

Factores sociales que pueden contribuir en los trastornos alimenticios:

  • Presiones culturales que ensalzan la “delgadez” y le dan un valor añadido a obtener un “cuerpo perfecto”
  • Definiciones muy concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras
  • Normas culturales que valorizan a las personas en base a su apariencia física y no a sus cualidades y virtudes internas

Factores biológicos que pueden contribuir en los trastornos alimenticios:

  • Los científicos todavía se encuentran investigando las posibles causas bioquímicas o biológicas de los trastornos alimenticios. En algunos individuos con trastornos alimenticios, se ha encontrado que ciertas substancias químicas del cerebro (llamadas neurotransmisores) que controlan el hambre, el apetito y la digestión se encuentran desbalanceados. El significado exacto y las implicaciones de estos desbalances aún se encuentran en investigación.

Factores genéticos que pueden contribuir en los trastornos alimenticios:

  • Los estudios actuales nos indican que la genética contribuye de manera significativa en los trastornos alimenticios.

Jose Antonio Arranz Morales

Psicólogo Clínico

 

 

 

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Quién es José Antonio Arranz

portadaOK-2Soy licenciado en Psicología (Especialidad “Psicología Clínica”) y Experto en Psicopatología y Salud por la Universidad española (UNED). [ver más información]

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