¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS SOMATOMORFOS?
La característica común de los trastornos somatomorfos es la presencia de síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica y que no pueden explicarse completamente por la presencia de una enfermedad, por los efectos directos de una sustancia o por otro trastorno mental. Los síntomas físicos no son intencionales.
TIPOS DE TRASTORNOS SOMATOMORFOS
Los diferentes trastornos somatomorfos se clasifican como sigue:
- Trastorno de somatización: quejas sobre múltiples síntomas físicos (desmayos, náuseas, debilidad, problemas urinarios, etc.) los cuales no se fundamentan en causa orgánica alguna.
- Hipocondría: preocupación, miedo o creencia de padecer una enfermedad grave que surge tras interpretar los signos corporales (bultos, dolor, etc.) incorrectamente.
- Conversión: pérdida o alteración en el funcionamiento fisiológico (parálisis, sordera, ceguera) que sugiere un trastorno físico para el que existe patología orgánica subyacente.
- Trastorno por dolor: dolor severo y prolongado que, o bien es inconsistente con la distribución anatómica del sistema nervioso, o bien no puede ser explicado a partir de una patología orgánica.
- Dismorfobia: preocupación excesiva por algún defecto imaginario sobre la apariencia física.
¿CÓMO SE PRODUCEN?
Su origen es multifactorial. Se distinguen una serie de factores predisponentes:
- Factores genéticos antecedentes de enfermedades en la infancia.
- Características de personalidad como vulnerabilidad al estrés, baja autoestima, tendencia a la ansiedad, hostilidad y depresión.
Son trastornos polisintomáticos de varios años de evolución, cuyo comienzo es antes de los 30 años, caracterizados por una combinación de síntomas de dolor gastrointestinal, sexuales y seudoneurológicos.
CONSECUENCIAS
Los síntomas provocan una perturbación clínicamente significativa, teniendo como consecuencias trastornos en el desempeño social y laboral. Los sujetos acuden repetidas veces al médico aquejados de síntomas que no tienen explicación médica, cambiando incluso de profesionales que puedan darles una explicación a sus malestares.
TERAPIA
Los trastornos quedan determinados por los síntomas predominantes y pueden resultar tan cambiantes con éstos.
El tratamiento debe adaptarse al estadio de la enfermedad y al síndrome predominante.
El planteamiento terapéutico en estos casos debe centrarse en:
- No perseguir alivio rápido mediante una estrategia similar a la seguida con una enfermedad orgánica conocida.
- Destacar los aspectos psicológicos de estos trastornos.
- Intentar reducir la ansiedad personal y familiar mediante razonamientos sencillos.
- Alertar sobre el riesgo médico adicional que puede tener un sujeto frente a una enfermedad real parecida a las quejas crónicas.
- Intentar que el sujeto se adhiera a un programa psicológico a largo plazo.