¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?
El estado de ansiedad es una reacción emocional que consiste en sentimientos de tensión, aprensión, nerviosismo y preocupación, así como activación o descarga del sistema nervioso autónomo.
Los trastornos de ansiedad son categorías referidas a patrones de desórdenes psicológicos con conducta ansiosa que producen malestar en los sujetos.
TIPOS DE ANSIEDAD
Fobia social
La característica esencial de este trastorno es un miedo persistente y acusado a situaciones sociales o de actuación en público en las que la persona se ve expuesta a gente desconocida, produciéndole casi inevitablemente una respuesta de ansiedad.
Los sujetos que presentan fobia social experimentan una preocupación por la posibilidad de que los demás les vean como sujetos ansiosos, débiles, locos o estúpidos. Pueden llegar a tener miedo a hablar en público, comer, beber o escribir delante de los demás por el temor de que éstos observen su ansiedad.
Los síntomas que acompañan a la ansiedad son: palpitaciones, temblores, sudoración, malestares gastrointestinales, diarrea, tensión muscular, enrojecimiento, confusión.
Ante todos estos malestares los sujetos tienden a evitar las situaciones temidas.
Fobia específica
Su característica esencial es un miedo persistente y acusado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos. Esta situación provoca respuestas de ansiedad y evitación al objeto o situación temidos.
Las fobias más usuales son a los animales, al ambiente natural, a la sangre, a las inyecciones o a sufrir daño, y a situaciones específicas como lugares cerrados, aviones, ascensores, etcétera.
Trastorno obsesivo-compulsivo
La característica esencial de este trastorno es la presencia de obsesiones-compulsiones de carácter recurrente lo suficientemente graves como para provocar pérdidas de tiempo significativas o un acusado deterioro de la actividad general o un malestar clínicamente significativo.
Las obsesiones son ideas, pensamientos, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas o inapropiadas y que generan una ansiedad significativa. El sujeto tiende a ignorar estos pensamientos o impulsos neutralizándolos con algún pensamiento o acción.
Las obsesiones más frecuentes versan sobre temas como la contaminación (contraer algún tipo de enfermedad al estrechar la mano a alguna persona), dudas repetitivas (olvidar cerrar la puerta con llave), disponer de las cosas según un orden determinado (malestar ante objetos desordenados), impulsos de carácter agresivo (herir a un niño) y fantasías sexuales (una imagen pornográfica recurrente).
Las compulsiones se definen como comportamientos (lavado de manos) o actos verbales (contar o repetir palabras en silencio) de carácter recurrente cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad pero sin proporcionar placer o gratificación para el sujeto.
Trastorno de ansiedad generalizada
La característica esencial es la ansiedad y preocupación excesivas que se observan durante un periodo largo de tiempo (más de 6 meses) y que se centra en una amplia gama de situaciones y acontecimientos.
La preocupación del sujeto le resulta difícil de controlar produciéndole un malestar significativo que se manifiesta en inquietud, fatiga, irritabilidad, tensión muscular, perturbaciones del sueño, dificultad para concentrarse, etcétera.
Los pensamientos sobre el peligro futuro se experimentan como incontrolables. La atención del sujeto se focaliza recurrentemente en posibles problemas sin que pueda generar soluciones adaptativas.
Agorafobia
La característica principal es que los sujetos padecen ataques repentinos de pánico y temor extremos. Los ataques siguientes aparecen, por lo general, por el miedo de padecer un nuevo ataque.
Las situaciones que provocan los ataques de pánico y temor son diversas, por ejemplo, las muchedumbres, caminar por la calle, conducir, los espacios vacíos, no poder atravesar una calle sin angustia y llegar incluso a no poder salir.
¿CÓMO SE PRODUCE?
La respuesta de ansiedad posee la capacidad anticipatoria para señalar un peligro o amenaza. Esto confiere un valor adaptativo-funcional para enfrentarnos a estas señales de amenaza.
El problema se presenta cuando esta ansiedad anticipa un peligro irreal o desproporcionado, causándonos una fuente de malestar innecesario.
La ansiedad patológica es una manifestación más frecuente, más intensa y más persistente que la ansiedad normal.
CONSECUENCIAS
La ansiedad constante, no tratada, puede ocasionar serios problemas y una fuente de preocupación constante a la hora de enfrentarnos a situaciones cotidianas de la vida. Por ejemplo, la ansiedad ante los exámenes nos resta gran capacidad, llegando incluso al bloqueo. En el trabajo nos impide expresarnos adecuadamente. En nuestro entorno puede llegar a causar aislamiento social, adicciones u otro tipo de problemas.
TERAPIA
Los trastornos de ansiedad tienen gran probabilidad de ser tratados con éxito en consulta.
El tratamiento psicoterapéutico que ha demostrado mayor eficacia es la terapia cognitivo-conductual.
Las técnicas empleadas son la relajación muscular y la respiración, dirigidas a eliminar los síntomas fisiológicos. También se emplean conjuntamente las técnicas cognitivas para controlar los pensamientos que disparan la ansiedad.
En definitiva, desarrollan al sujeto habilidades para afrontar con mayor éxito las situaciones ansiógenas.